¡¡TU DÍA ES HOY!!

DECÍDETE A DAR EL PASO

Añorar

 

En la vida personal puedo decir que he tenido el añorar presente relacionado con la familia, con metas que me he propuesto, con estudios y vocación de estilo de vida, con proyectos, entre algunas más. Siempre ha estado presente y algunas veces se cumple y en otras no, lo importante es valorarla y ver de qué manera se puede concretizar.

Añorar es cuando deseas haber tenido algo y no fue posible porque las cosas nunca se dieron o hubo intervenciones de terceras personas que influyeron para que no se llegara a dar. Hay muchos detonantes para esta situación, los cuales generan limitaciones que llevan al pasado y seguir deseando que se hubiera concretizado.

Si me preguntan ¿Tienes algo que añores? La respuesta sería sí, porque hay algunas cosas que no tuve y no tendré, pero es necesario hacerlas ver al niño, al adolescente, al joven y al adulto interior (en los primeros años de la adultez) que no pasa nada si fue imposible tenerlas y que deben dejarse en el momento que debieron darse para que no afecte en la vida actual. Decirles que se puede vivir generando situaciones que sean cercanas a lo que no se tuvo o logró y que pueden dar mucho mejores frutos de vida.

Estuve varios años de la vida desarrollando estudios religiosos en vista a un estado de vida consagrado. Por situaciones adversas no me fue posible llegar al final, lo cual añoraba alcanzar con alto deseo de lograrlo. Sin embargo, me fue imposible hacerlo, entendía que quedaba trunco ese caminar, me fue difícil el aceptarlo e insistí por una segunda y tercera vez, las cosas así seguían, aumentando el añorar alcanzar un estado de vida consagrado. Ese añorar me causó un cierto estado de depresión, negación, inconformidad en mi vida espiritual por era grande el deseo de llegar.

Después de uno o dos años de mi tercer intento de concretizar lo que añoraba, reflexioné y tomé la decisión de cerrar ese ciclo de manera definitiva porque seguir en ese estado de añorar me impedía avanzar en lo que me tocaba hacer, trabajé en cambiar el significado, el punto de vista y algunas acciones para quitarle el efecto al añorar de ese estado de vida y empezar el trayecto a otro estado de vida desde otra perspectiva diferente a la vida consagrada en comunidad religiosa o en parroquias.

No fue fácil pero se logró cambiar la meta y seguirla hasta el día de hoy, pero en lucha constante por alcanzarla. De hecho, recuerdo que en una clase de la Lic. en Pedagogía el profesor que daba la clase nos preguntaba en una exposición: “¿Cómo te ves en un futuro próximo?” Respondí: “me veo en un negocio propio y trabajando en equipo con más personas para poder hacer la diferencia en quienes sean los clientes”. En eso estoy, empecé de cero y espero seguir creciendo y aprendiendo para impactar vidas. 

Añorar son momentos que se presentan relacionados con la vida, con los demás, con el camino de vida recorrido, pero ante todo con la persona que se es actualmente. Simplemente, trabajar en hacer del añorar la vida actual en vistas de un mejor futuro y una mejor vida, generando la mejor versión de mi y rompiendo todas las creencias y paradigmas aprendidos, siendo agradecido y perdonando a mi mismo y a todo lo involucrado.

No te niegues la oportunidad de trabajar el añorar para concretizarlo y dejarlo fluir: reconócelo, acéptalo, vívelo, siéntelo y fluye en ello para que no se quede estancado y produzca efectos que no limiten tu vida y sea capaz de vivir el añorar en el ahora. Así desaparece el añorar y se alcanza un paso más en la vida.

“Añorar es dejar atrás lo que no llegó o pudo ser para alcanzar una nueva meta que se desea alcanzar”.

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