Una de las experiencias que como docente he comprendido, es que cuando uno hace las cosas con autenticidad y entrega logra impactar vidas de una manera especial, sobre todo, cuando se hace dejándose llevar de manera fluida, es decir, con el gusto de hacerlo por el simple hecho de gozar y disfrutar la generación de aprendizajes.
Cuando toca cosechar sin tener la intención de hacerlo se convierte en un don que no se espera, tener respuestas y presencia de esas personas que fueron impactadas por el simple hecho de ser docente haciendo lo que tocaba hacer en ese momento.
Muchas personas, en la comunidad donde toca desenvolverse, identifica quién eres e incluso se detienen a saludar, aun y cuando sus hijos no fueron alumnos propios o ni siquiera se tuvo en la misma institución pero se tuvo oportunidad de conocerlos y convivir por el hecho de ser parte de su comunidad. De hecho, esos momentos fueron los que quedaron sembrados y con el tiempo han madurado dando fruto.
Aunado a esos momentos, está el uso de redes sociales que han sido como el cuidado que se realiza a lo sembrado de una manera honesta y de confianza. Todo de una manera espontánea y sin la intención de premeditada de cosechar.
El tener ese contacto con muchos de los exalumnos, ya adultos y realizados en sus posibilidades y decisiones como familia, es una dicha ser parte de ese camino, caminos de vidas que se han cruzado y seguimos cruzando en el andar.
Quiero dar, con este pequeño texto, un AGRADECIMIENTO a todas y cada una de las personas que volví a contactar en mi visita a Jalisco, donde por gracia de Dios pude convivir y compartir tiempo de charla, no alcancé a realizar visitas con todos, pero siempre les he tenido presentes. Fue una estancia que aportó muchos aprendizajes de vida e impactaron mi ser, de manera que no encuentro palabras para describir esa sensación del impacto que realizaron.
Solo quiero terminar diciendo que impactar vidas es hacer la diferencia en los caminos de vidas que se han cruzado y ver como la vida nos da oportunidad de coincidir de nuevo. Sobretodo, quiero agradecer a todos los que de alguna manera hicieron posible esta experiencia después de alrededor de 17 años de no coincidir, a Dios que a pesar de mi condición física fui y regresé con bien, a mi familia, a quienes de corazón apoyaron con alguna aportación económica y algunos se mantuvieron anónimos, a quienes apoyaron con el hospedaje los días de mi estancia, a quienes tenían plan B por si no había hospedaje disponible, a quienes compartieron algún momento de comida y a quienes me volvieron a abrir las puertas de hogares para una buena charla. GRACIAS a quienes me hicieron parte de la familia en los momentos de la Ordenación Sacerdotal y Cantamisa de uno de mis exalumnos.
Espero poder seguir visitándolos y seguir siendo parte de sus caminos de vida. De corazón a todos los que contacté y que me brindaron momentos de aprendizaje, les reitero mi agradecimiento y estima, mis oraciones y mis bendiciones.
